Las entidades de Economía Social y Solidaria (ESS) se someten por cuarto año consecutivo al Balance Social, proceso participativo que les permite realizar un diagnóstico de su funcionamiento, como herramienta indispensable para definir estrategias de mejora en los ámbitos social y ambiental, y poder ser cada año más coherentes con los principios fundacionales de la ESS.
Con este proceso de Balance social que realizan desde hace años las entidades de la ESS, se busca generar un proceso colectivo de evaluación y sensibilización sobre los principios que se definen en la Carta de Principios de la Economía Solidaria y que marcan la identidad de todas las entidades que forman parte de la ESS y que son por tanto, el objeto de evaluación en este informe. Los instrumentos y variables consideradas en la herramienta empleada tienen un doble objetivo: promover la mejora interna de las organizaciones, y generar informes agregados anuales con los que visibilizar la importancia y sostenibilidad que se promueve de las empresas de ESS.
Desde el año 2014 se viene implementando en REAS RdR, red representativa de la ESS que agrupa a cerca de 700 empresas de todo el Estado y que promueve esta herramienta, un proceso de armonización estatal de indicadores de sistemas de Balance y Auditoria Social desarrollados desde sus distintas territoriales, gracias al trabajo conjunto desarrollado a través del Grupo de Trabajo de Auditoría Social de REAS RdR.
Para este proceso de confluencia se adoptó en el año 2018 la plataforma tecnológica que XES (Xarxa de Economía Solidaria de Catalunya) había desarrollado en el marco de su proyecto “Enseña el Corazón”. Esa herramienta informática de evaluación de impacto y de rendición de cuentas de las entidades asociadas a la XES iniciado en el año 2008, permite a las entidades asociadas o vinculadas a esta red una autoevaluación de su desempeño a partir de variables agrupadas en diversos bloques: funcionamiento económico, calidad profesional, democracia, igualdad, calidad laboral, medio ambiente y compromiso social.
En el proceso de Auditoría Social 2018 (cuyos datos corresponden al ejercicio 2017) han participado un total de 446 entidades de todo el territorio español (el 81% de ellas son miembro de REAS), las cuales han alcanzado una facturación global cercana a los 457 millones de euros y cuentan con un personal de cerca de 12.000 personas trabajadoras, 20.000 voluntarias y más de 150.000 socias. Del informe agregado de este proceso de autoevaluación son reseñables los siguientes resultados:
- Equidad: existe un 58% de mujeres en puestos de responsabilidad, la diferencia salarial es de 2,7 y un 63% de entidades promueven un lenguaje inclusivo.
- Trabajo: un 74% mejora los permisos legales de conciliación, el 50% poseen un reglamento interno de gestión de relaciones laborales y un 62% genera espacios de atención emocional y cuidado a las personas trabajadoras.
- Sostenibilidad ambiental: el 91% aplica criterios de consumo responsable en la adquisición de productos, el 32% son entidades con gestión ambiental y el 49% tienen energía renovable.
- Cooperación y compromiso con el entorno: 65% operan con finanzas éticas, el 13% de sus compras se realizan en el marco del Mercado Social y un 15% en entidades no lucrativas.
- Sin fines lucrativos: 58% de los ingresos procede de facturación frente a un 30% que proviene de subvenciones. Respecto al reparto de beneficios, el 75% se destina a reservas,compensación de pérdidas o inversiones propias, 13% a iniciativas para la construcción de bienes comunes y un 4% a inversiones de entidades financieras de la ESS.
A partir de estos y otros datos derivados del Balance Social 2018 se quiere dar visibilidad de la importancia de las empresas de la ESS en el estado español, pero sobre todo, trasladar a los ciudadanos en qué medida este tipo de organizaciones suponen un modelo de empresa más responsable. Si bien en este informe no se ofrece una comparación de los datos ofrecidos con los que se alcanzarían en empresas en general, su simple lectura apunta a la responsabilidad de las entidades de ESS, al menos claramente en muchos de los aspectos analizados, tal y como pudiera ser la participación, igualdad y preocupación por la persona trabajadora dentro de las organizaciones, o sus niveles de cooperación y su preocupación social.
Las herramientas e indicadores planteados se han de seguir desarrollando, de cara a aportar a las organizaciones que en ella participan una herramienta útil para el auto-diagnóstico y la identificación de espacios importantes de mejora. REAS RdR confía en que la información obtenida contribuya a trasladar a la ciudadanía las propuestas que hay detrás del modelo de economía social y alternativa, y de la necesidad de seguir apostando por ésta.
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